Sobre Khronos
Características
Descripción del juego
En este juego, encarnas a un poderoso señor y a su fiel acompañante en una lucha por la influencia en el tiempo. El juego se desarrolla simultáneamente en tres periodos diferentes. Comienzas el juego en la Edad Media, en el primero de los tres tableros de juego (el de las comandancias). Con 4 cartas de acción en la mano por turno, tienes siete turnos para desarrollar tus dominios construyendo varios tipos de edificios militares, religiosos y civiles. En función de su tamaño, algunos edificios se desplazan en el tiempo, lo que significa que se trasladan al mismo lugar en el tablero de los prioratos (época del Renacimiento) y en el de las cofradías (época moderna), en ruinas para los edificios militares y religiosos (castillos, abadías…).
Gracias al invento de los relojeros, y con el dinero suficiente, puedes hacer que tus dos peones aventureros viajen en el tiempo… Porque si la construcción de ciertos edificios puede ser rentable, apoderarse de dominios en los distintos tableros es esencial, ya que te permitirá ganar bonificaciones en los turnos 4 y 7 y adelantarte a tus adversarios.
¡Jugar con el tiempo no está exento de consecuencias, y puede producir resultados sorprendentes! Por poner sólo un ejemplo, una abadía creada en el tablero de prioratos podría ser destruida por un castillo construido más tarde en la partida en el mismo lugar pero en el tablero de comandancias, y luego trasladado al otro tablero… ¡La abadía finalmente nunca existió!
En los turnos 4 y 7, cada dominio controlado genera beneficios para los jugadores según el tablero. En el tablero de comandancias, el jugador que controla un dominio militarmente, es decir, el que tiene el mayor edificio militar, recibirá el valor de los edificios civiles de este dominio en beneficios. En el tablero de prioratos, se tendrá en cuenta el control religioso. En el tablero de hermandades, los jugadores que mejor hayan poblado los edificios civiles y restaurado las ruinas se asegurarán los mejores beneficios.
La posibilidad de destruir y reagrupar edificios para unir o dividir dominios proporciona un fuerte y permanente nivel de interacción entre los jugadores.