Drakkar Tum Tum

Es el año 45 a.C. Julio César reúne a todos los líderes de las provincias de la Hispania Ulterior en una reunión en Corduba, donde les agradece el apoyo recibido durante la reciente guerra civil. La lucha entre César y Pompeyo había terminado con un claro vencedor, pero no todos los ciudadanos romanos apoyaban completamente a César.

Un año después, el cruel gobernador y mano derecha de César está a punto de ser asesinado mientras se dirige a la Basílica. Este acto resultó ser el precursor de lo que ocurriría apenas dos años después. Cneo y Sexto, hijos de los enemigos de César, aprovechando la influencia que aún tenía el nombre de Pompeyo y capitalizando los ricos recursos de la provincia romana, se hicieron con el control de toda Hispania, incluidas las colonias de Itálica y Corduba. Estos dos traidores habían reunido de alguna manera un ejército de nada menos que 13 legiones, formado por veteranos leales a Pompeyo y los restos de sus ejércitos derrotados en África, junto con ciudadanos de Hispania.

César viajó rápidamente a la capital de Hispania con la intención de aplastar la rebelión mientras aún estaba en sus inicios. Tras perder una batalla contra Cneo por el control del puente, César se vio obligado a invernar en Ategua y, como era necesario para alimentar a sus fuerzas, posteriormente saqueó los alrededores. Fueron muchos los que se unieron a la rebelión liderada por los hijos de Pompeyo, pero al final no fueron suficientes. Obligado a refugiarse en la ciudad tras la batalla de Munda, César asedia Cneo y Sexto. Más tarde toma el control de la ciudad tras un audaz asalto a las murallas. Sexto consigue escapar de la ira de César, pero su hermano Cneo muere junto con otros 22.000 ciudadanos de Corduba. Como castigo por apoyar la rebelión y dar refugio a sus instigadores, la ciudad queda convertida en una ruina humeante. Pero de las cenizas surgirá una nueva ciudad…

El año es ahora el 27 a.C., casi dos décadas después, y Augusto, el primer emperador, envía a representantes de las familias romanas más influyentes a Corduba con el fin de elevarla a su antigua gloria. Para ello, será necesario reconstruir la ciudad y atender a sus habitantes. Todo ello, por supuesto, bajo la atenta mirada de Roma.
Los jugadores, que representan a los herederos de diferentes familias patricias enviadas desde Roma, competirán por el honor de convertirse en el próximo gobernador, pero primero deberán ganar el voto del pueblo, y de Roma.

El juego se desarrolla a lo largo de tres épocas, cada una de las cuales representa una década. Durante una ronda, los jugadores realizarán acciones por turnos hasta que todos decidan pasar. Los jugadores utilizan acciones para producir o cosechar recursos, construir edificios y monumentos, entrenar legiones y atender las necesidades religiosas del pueblo. Para ello, los jugadores tendrán acceso a un cierto número de especialistas y trabajadores que aumentará a medida que la población de la ciudad aumente.

Es importante señalar que Corduba no es un juego de colocación de losetas, sino de acciones de construcción que incluye las conocidas mecánicas de colocación de trabajadores y gestión de recursos.

Las acciones disponibles al principio del juego son escasas y se limitan principalmente a cosechar recursos básicos para construir edificios y entrenar tropas. Sin embargo, a medida que los jugadores construyen nuevos edificios, la cantidad de acciones disponibles aumenta, ya que cada edificio construido proporciona una nueva acción. Los jugadores apreciarán sin duda el gran número de estrategias y combinaciones posibles que surgen en el transcurso de una partida.

Otro de los puntos fuertes de Corduba’s es cómo evoluciona una partida concreta. Se juegan un total de nueve rondas, agrupadas en tres décadas. Al final de cada ronda, los edificios liberan sus trabajadores y, por tanto, quedan disponibles para la siguiente ronda. Lo que esto significa es que todos estos edificios, que han sido construidos uno a uno en las rondas anteriores, están ahora libres para todos los jugadores, independientemente de quién los haya construido. Además, como hay una cantidad cada vez mayor de acciones disponibles, las posibilidades estratégicas se multiplican. Además, cada acción es tan importante como la siguiente, lo que te deja con la constante sensación de que otro jugador se ha anticipado a tu movimiento y ha ocupado un edificio que querías activar o ha construido lo que tú querías construir. Aunque las reglas no cambian de una ronda a otra, los jugadores se darán cuenta rápidamente de que el juego sí lo hace, ya que sus estrategias y percepciones durante las primeras rondas serán muy diferentes a las posteriores.
En Corduba no hay puntos de victoria. Para ganar, tendrás que ganarte el favor de los habitantes de la ciudad y de la propia Roma. Construir edificios en los diferentes distritos mejorará tu reputación en ellos. Proporcionar los mayores ejércitos a las cohortes romanas o dar la mayor ofrenda a los dioses también te ayudará a ganar el favor del Senado, además de, por supuesto, ayudar a la ciudad a satisfacer las demandas de Roma. Al final de cada década, los jugadores tendrán la oportunidad de aumentar el Senado.

Pero no es oro todo lo que reluce y, en ocasiones, los ciudadanos se rebelarán. Los jugadores tendrán que hacer frente a estos levantamientos, pero esto no significa que tengan que cooperar. Sin embargo, si se descuida este aspecto, la ciudad entera podría caer, lo que provocaría un resultado muy poco deseable – ¡todos los jugadores pierden!
Corduba es un ejemplo genuino de un juego con posibilidades estratégicas casi infinitas. Cada partida se desarrollará de forma diferente en función de los edificios y monumentos construidos, las combinaciones de familias y herencias que elijan los jugadores, las exigencias de Roma, la fluctuación del mercado de recursos, las Res gestae (hitos) disponibles, etc. Aunque intentes jugar de forma similar a la anterior, no tendrás la misma experiencia. Realmente, ninguna partida de Corduba será igual – descubrirás estrategias y combinaciones diferentes cada vez que juegues.
Corduba es un juego de dificultad media-alta con reglas sencillas que cualquiera puede entender, pero que supondrá un profundo reto para los jugadores incluso de los niveles más altos de habilidad.

—descripción del editor