Atlantis: Island of Gods

Antes de las civilizaciones que conocemos existía una gran isla, llamada por los científicos contemporáneos Atlántida. Estaba habitada por una civilización que tenía extraordinarios logros culturales y tecnológicos, especialmente en arquitectura y arte.

Todo eso no habría sido posible si no hubieran sido bendecidos por los dioses, a quienes los atlantes honraban construyendo gloriosos monumentos para ellos. Y a los dioses no les importaba que no fueran los únicos en ser apreciados por los atlantes. Por desgracia, el plan de los dioses no era perfecto. Las cosas se torcieron por culpa de la generación más joven de los dioses.

Específicamente fue Ares, el hijo de Zeus y Hera, cuyas acciones provocaron el desastre. Su maldad no tenía fin, y la crueldad de sus seguidores y la destrucción que causaron iniciaron una guerra civil en la tierra que sólo había conocido la paz. El conflicto surgido dividió tanto a los atlantes como a sus deidades. Antes de esos acontecimientos, los dioses se habían complacido en ver crecer a su pueblo, pero luego empezaron a interferir en los asuntos de la gente y a luchar entre ellos. Algunos de los antiguos dioses habían predicho que esta civilización acabaría colapsando debido al creciente conflicto entre las deidades. Así que decidieron proteger a sus seguidores enviando numerosas visiones a sus sacerdotes o tomando una forma humana y actuando como profetas. Advertían a los atlantes de que el fin estaba cerca y les hablaban de tierras lejanas que podían ser su única esperanza de supervivencia.

La rabia de los dioses siguió creciendo hasta que un día la mayor, Nammu, la creadora del mar primigenio, en su desesperación decidió acabar con el sufrimiento de los atlantes hundiendo la isla. Con la ayuda de sus dioses, algunos de los atlantes lograron sobrevivir. Llegaron a diversas partes del mundo, aportando sus conocimientos a las culturas que allí surgían.

En Atlantis: Island of Gods los jugadores son los máximos sacerdotes de los dioses mitológicos, para los que erigen monumentos en la mítica isla de la Atlántida justo antes de su perdición. Es un juego de cartas lógico con cuatro tableros que representan las regiones de la Atlántida.

En cada turno, los jugadores realizan cinco acciones durante las cuales pueden reclutar nuevos seguidores de su deidad, celebrar fiestas en su honor y construir nuevos templos. El objetivo del juego es ser el primero en construir todos los templos de la deidad del jugador, lo que les otorga el favor del dios y la supervivencia a la inminente catástrofe.